Ingredientes (para 18 piezas)
500 gramos de harina de fuerza
250 ml de lehe
2 huevos
90 gramos de azúcar
5 gramos de sal
Levadura fresca
80 gramos de mantequilla
Para decorar
1 huevo batido
Azúcar
Agua
Para comenzar, preparamos el fermento de los bollos suizos. Para ello disolvemos 100 gramos de harina en 100 ml de leche, añadimos la levadura y la dejamos fermentar en un lugar fresco y seco, tapado con un paño de cocina o con un film transparente durante una hora aproximadamente.
Una vez transcurrido ese tiempo, añadimos el resto de la harina y la leche, los huevos, el azúcar y la sal y amasamos bien todos los ingredientes con las manos o una amasadora. Después, trabajamos la masa sobre la mesa y vamos incorporando la harina que sea necesaria hasta tener una masa flexible que no se nos pegue en las manos.
Una vez tengamos la masa lista, añadimos los 80 gramos de mantequilla en cuadraditos pequeños a temperatura ambiente y amasamos nuevamente para integrar la mantequilla. Volvemos a añadir harina si lo consideramos necesario.
Una vez la masa esté lista, la colocamos en un recipiente con el fondo enharinado, la cubrimos con un paño de cocina y dejamos que leve unas dos horas.
En este tiempo, la masa habrá duplicado su tamaño. Sacamos la masa del recipiente, la golpeamos contra la mesa de trabajo y la volvemos a amasar.
Cortamos porciones de unos 60 gramos de masa aproximadamente para que los bollos salgan del mismo tamaño. Una vez las porciones estén listas, las amasamos ligeramente y las boleamos para que tengan forma de pelota.
Colocamos las bolas en una bandeja de horno sobre papel de hornear dejando espacio entre ellas porque crecerán en el horno. Las cubrimos con un paño de cocina o papel film y dejamos que la masa leve una segunda vez durante una hora aproximadamente.
Una vez los bollos estén listos, les hacemos un corte en forma de cruz con unas tijeras o un cuchillo bien afilado.
En un bol, ponemos un montón de azúcar con unas gotas de agua y mezclamos bien para conseguir una masa grumosa.
Ponemos el azúcar en el hueco que hemos creado con las tijeras y pintamos los bollos con huevo batido. Precalentamos el horno a 200 grados centígrados. Transcurridos diez minutos, volvemos a pintar los bollos suizos con huevo batido.
Horneamos los bollos unos 12 o 13 minutos a 200º, hasta que veamos que están bien dorados. Una vez listos, los sacamos del horno y dejamos que se enfríen sobre una rejilla.
Una vez fríos ya están listos para comer. Se pueden congelar envueltos en papel film de forma individual y descongelándolos envueltos en un paño de cocina cuando queramos comerlos (retirándoles el plástico previamente).