Para la base
150 gramos de galletas María
50 gramos de mantequilla
10 gramos de azúcar
Para el relleno
600 gramos de queso Philadelphia
250 gramos de azúcar
3 huevos enteros
1 yema de huevo
1 cucharada sopera de zumo de limón
1 cucharadita de vainilla líquida
Trituramos las galletas María con una picadora, si disponemos de ella. Si no es así, podemos meterlas en una bolsa y machacarlas con un rodillo de cocina o similar.
Mezclamos el polvo de galletas con la mantequilla y el azúcar.
Colocamos la base de galletas en el fondo de un molde y lo introducimos en el horno a 160 grados unos 10 minutos.
En un bol, mezclamos el queso, el azúcar, los huevos y el zumo de limón. Batimos bien con ayuda de una batidora o de unas varillas para que se integren todos los ingredientes,
Añadimos una cucharadita de vainilla a la mezcla y batimos bien para obtener una crema.
Una vez horneada la base, sacamos la bandeja del horno y vertemos sobre el molde la crema de queso.
Metemos la tarta en el horno a 160 grados unos 40 minutos. En los últimos dos o tres minutos a mí me gusta poner el gratinador para que el azúcar se queme ligeramente y quede una superficie tostada, aunque es opcional.
El resultado de la tarta una vez horneada será similar a este. Podemos consumirla así o bien preparar una salsa, como voy a hacer a continuación. En mi caso, opté por una salsa de moras, pero puede ser de cualquier otro fruto del bosque o bien de chocolate. La tarta sin nada está igualmente buenísima.
Para preparar la mermelada ligera de moras, ponemos en un cazo unos 100 gramos de moras con unos 70 gramos de azúcar aproximadamente. La proporción de azúcar dependerá del grado de dulzor que nos guste. Dejamos que la mermelada se haga a fuego suave unos veinte minutos o media hora. Después retiramos del fuego y la vertemos sobre nuestra tarta de queso.
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