viernes, 23 de marzo de 2018

Quesada de calabaza

Ingredientes

400 gramos de calabaza pelada
4 huevos
100 gramos de azúcar
50 gramos de mantequilla
50 gramos de queso fresco
100 gramos de harina
Canela



Metemos los cubos de calabaza en una cazuela con agua hirviendo ligeramente salada. Dejamos que hierva hasta que se ablande (unos veinte minutos) y escurrimos la calabaza.



Derretimos la mantequilla a fuego suave y salteamos los trozos de calabaza. Machacamos ligeramente con una cuchara o tenedor para hacer un puré.



Separamos las claras y las yemas de los huevos. En un bol, batimos bien las yemas con el azúcar hasta obtener una consistencia espumosa. Añadimos los 50 gramos de queso fundido y mezclamos bien.



Incorporamos el puré de calabaza salteado con la mantequilla y batimos bien. Es más fácil si lo hacemos con ayuda de una batidora eléctrica.




Montamos bien las claras a punto de nieve con ayuda de unas varillas eléctricas o a mano.



Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla de yemas y calabaza poco a poco con movimientos envolventes para evitar que se formen grumos.



Para acabar, incorporamos las yemas montadas a punto de nieve a la mezcla anterior, de nuevo usando movimientos envolventes para que no se bajen. Añadimos canela a nuestro gusto.



Precalentamos el horno a 180 grados, vertemos la mezcla en un molde redondo de silicona y lo metemos a hornear durante media hora aproximadamente.




Una vez transcurrido este tiempo, dejamos templar, desmoldamos y ya está lista para comérnosla.

lunes, 12 de marzo de 2018

Croquetas de huevo y boletus

Ingredientes

Aceite de oliva
Harina
Leche
Sal
Nuez moscada
Dos huevos duros
Media cebolla
Boletus deshidratados


En una sartén, empezamos preparando la bechamel para las croquetas. Echamos unas cucharadas de aceite de oliva y rallamos media cebolla. Dejamos que se poche bien y, una vez lista, agregamos la harina y dejamos que se cocine un rato.



Cuando la harina esté cocina, añadimos la leche poco a poco y sin dejar de remover. Yo hago la bechamel a ojo. Si necesitáis unas cantidades exactas para hacer las croquetas, aquí tenéis un link donde la podéis encontrar.



Salamos la bechamel a nuestro gusto y le añadimos nuez moscada. Yo suelo añadirle bastante porque me gusta mucho el sabor que le aporta.



Entretanto, si usamos boletus deshidratados, deberemos rehidratarlos. Para ello, los ponemos en un bol con agua fría y los dejamos ahí durante un cuarto de hora aproximadamente.






Mientras se hidratan los boletus y se termina de cocinar la bechamel, rallamos los dos huevos duros.



Incorporamos el huevo rallado a la bechamel aún caliente y removemos para que se distribuya bien la mezcla.





Para acabar, quitamos el agua a los boletus y los escurrimos. Los añadimos a la masa de croquetas en trozos pequeños.









Vertemos la masa en una fuente y dejamos que se enfríe primero a temperatura ambiente y después en el frigorífico. Yo suelo dejarla toda la noche.


Una vez la masa esté fría, partimos porciones de un tamaño similar, les damos la forma deseada con las manos y las pasamos por harina, huevo batido y pan rallado.






Y de esta forma ya tendríamos nuestras croquetas listas para freír.



Las freímos en aceite bien caliente y las dejamos escurrir un poco sobre papel de cocina para que suelten el exceso de grasa. Ya están listas para comer.