100 gramos de galletas María
50 gramos de mantequilla
200 gramos de turrón de Jijona
250 mililitros de nata para montar
1 huevo
150 mililitros de leche
25 gramos de azúcar
5 hojas de gelatina neutra
Picamos las galletas María con ayuda de una picadora. Si no tenemos, podemos utilizar una batidora normal o meterlas en una bolsa de plástico y machacarlas con un rodillo de cocina.
Derretimos la mantequilla en el microondas y, en un bol, mezclamos el polvo de galletas con la mantequilla. Ponemos esta mezcla en la base de un molde desmoldable de aro, presionando bien con ayuda de las manos. Esta será la base de nuestra tarta.
Ponemos las cinco hojas de gelatina (una a una) en un plato o bol con agua fría para que se hidraten.
Echamos la leche en un cazo en el fuego. En un bol aparte, batimos la yema del huevo con el azúcar y la incorporamos al cazo.
Añadimos el turrón a la mezcla de huevo, leche y azúcar y le damos vueltas hasta que se haya fundido completamente.
Mientras el turrón está en el fuego, montamos la clara de huevo a punto de nieve.
Cuando el turrón se haya fundido, lo retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina hidratada una a una, dando vueltas con una cuchara. Una vez está crema se haya templado, añadimos la clara montada con movimientos envolventes para que no se baje.
Montamos la nata. Para hacerlo fácilmente deberá estar muy fría y nos ayudaremos de unas varillas o robot de cocina.
Agregamos la nata montada a la crema de turrón con movimientos envolventes y ya tenemos listo el semifrío de turrón.
Vertemos el semifrío sobre la base de galletas y lo dejamos enfriar en el frigorífico tres o cuatro horas, hasta que el líquido se haya solidificado.
Una vez la tarta esté lista, podemos preparar el crocanti de almendras. Para ello, picamos ligeramente las almendras enteras en la picadora sin que lleguen a hacerse polvo y, si no están fritas, las tostamos ligeramente en una sartén. Añadimos tres o cuatro cucharadas a la sartén y removemos continuamente hasta que las almendras se caramelicen.
Dejamos que se enfríen ligeramente antes de ponerlas sobre la tarta como decoración.