Ingredientes
500 gramos de harina de trigo
125 ml de vino de jerez
200 ml de aceite de oliva virgen extra
125 gramos de azúcar
2 cucharadas de ajonjolí o sésamo tostado
1 cucharada de anís
1 cucharadita de canela en polvo
Ralladura de un limón
Azúcar glass para rebozar
Ponemos el aceite al fuego en un cazo y lo freímos hasta que empiece a humear. Una vez que esto suceda, lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar.
En un bol ponemos los 500 gramos de harina y vertemos sobre ella el aceite templado.
Añadimos el vino de Jerez, el anís, el azúcar, el sésamo, la ralladura de limón y la canela y lo mezclamos todo bien con ayuda de una cuchara.
Una vez bien integrados todos los ingredientes, formamos una bola de masa y, con ayuda de un rodillo, la extendemos sobre la superficie de trabajo.
Con ayuda de moldes o, por ejemplo, de un vaso y un descorazonador de manzanas vamos dando forma a nuestros roscos sobre la masa extendida.
Colocamos los roscos sobre papel de hornear o papel albal en una bandeja de horno y los metemos al horno precalentado a 180 grados durante unos 20-25 minutos, hasta que veamos que están dorados.
Con los roscos aún calientes los rebozamos en azucar glass para que el azúcar se pegue bien al rosco.
Y una vez hecho esto ya están listos para comer. Quedan unos roscos buenísimos para tomar con un café, con un sabor a vino muy bueno y una textura hojaldrada. La receta original, la podéis encontrar en Isasaweis.
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