Ingredientes
100 gramos de mantequilla
2 huevos
1 vaso de nata de montar
1 vaso de leche
6 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de maicena o harina
Ponemos la mantequilla en un vaso o bol y la derretimos a temperatura suave en el microondas.
En un bol o jarra de batidora cascamos los dos huevos y agregamos la nata (un vaso equivale aproximadamente a un brick pequeño de 200 ml).
En el mismo recipiente añadimos la mantequilla derretida y el vaso de leche.
Añadimos seis cucharadas soperas de azúcar (si se desea que quede más dulce, se puede añadir alguna más) y cuatro cucharadas rasas de harina o maicena.
Con la batidora, batimos todos los ingredientes para que se integren bien.
En un molde para magdalenas o moldes individuales, acomodamos la masa de las empanadillas.
Es importante sacar las empanadillas una media hora antes del frigorífico para que resulte más fácil manipularlas y evitar que se rompan.
Vertemos nuestra mezcla líquida sobre la masa de las empanadillas. En mi caso, la mezcla da para hacer un paquete de 16 empanadillas justo.
Metemos los pasteles en el horno precalentado a 180º C durante media hora. Una vez pasado este tiempo, los pastelitos tienen que tener un tono ligeramente dorado.
Dejamos que se enfríen antes de comerlos. En mi caso, prefiero hacerlos la noche de antes y meterlos en la nevera para que cojan más consistencia. Si se quiere, se pueden espolvorear con un poco de canela por encima (yo siempre lo hago).